Origen del Akita Inu
¿Cuál es el origen de la raza?
A continuación haremos un pequeño repaso de la historia y el origen del Akita Inu, para entender de dónde proviene y por qué es tan emblemático en todo el mundo.
El Akita Inu es una raza milenaria proveniente de Japón, que cuenta con más de 3000 años de existencia. Su nombre proviene de la región de Akita, situada al norte del país. Es un perro de creación natural, con descendencia directa del lobo.
Inicialmente, el Akita fue un perro de caza mayor. Durante generaciones, los guerreros japoneses lo empleaban como perro de defensa, de ataque y, a su vez, para cazar osos. Dependiendo de la función que desempeñara, el Akita Inu ha recibido varios nombres a lo largo de la historia, entre ellos: “Matagi-inu” (perro de caza), “Kurae-inu” (perro de guerra) y “Odate-inu” (perro de providencia).
En el año 1931, fue designado como perro nacional de Japón y se le construyó un monumento. Durante la Segunda Guerra Mundial su número se redujo de manera drástica dado que su pelaje se utilizaba para confeccionar ropas militares, y su carne como alimento. La raza sobrevivió gracias a la protección de algunos ejemplares que fueron trasladados a pueblos pequeños y criados como perros guardianes.
El Akita Inu es el más alto de los perros japoneses, y ha sido símbolo de riqueza y prestigio (poseer un akita era un honor sólo permitido a la nobleza). Además, se lo considera talismán de buena suerte, tanto que se suele regalar una estatuilla del Akita cuando nace un bebé o cuando alguien se enferma.
De 1948 a 1950 se produjeron muchos Akitas Inu históricamente importantes. Su popularidad fue en auge, y el crecimiento de la raza hizo que se le concediera más importancia a los pedigrees de los perros.
Los siguientes 30 años de concentración de esfuerzos produjeron como consecuencia un Akita consistente en tipo, morfología y color. Esta fue la recompensa de los criadores por su visión unificada de trabajo en conjunto, como también por la creación de un registro fuerte (“Akiho”) dedicado a promover el futuro de la raza.
Los siguientes 30 años de concentración de esfuerzos produjeron como consecuencia un Akita consistente en tipo, morfología y color. Esta fue la recompensa de los criadores por su visión unificada de trabajo en conjunto, como también por la creación de un registro fuerte (“Akiho”) dedicado a promover el futuro de la raza.